Corrent amb el cor sincer: sense parar per família d'Hetauda

martes, 8 de septiembre de 2015

Carros de foc, fascículo núm. 2!

Finalmente no, las nubes no descargaron todo el agua por la noche... Pero por lo menos parecía que el cielo nos daba una tregua mientras echábamos a la mochila la última ojeada para ponernos en marcha. Lo que si que quedaban eran secuelas de la primera etapa, sobretodo para Richy, que padeció mucho con las rodillas en el tramo final (especialmente en las bajadas con bloques) y que decidió buscar un camino más directo que lo llevase al refugio donde pasaríamos la segunda noche, Ventosa i Calvell. Albert también iría con él, sorprendido como había quedado por la dureza del día anterior. En cambio, Alba y quien escribe decidieron seguir la ruta hacia a Restanca, para pasar por todos los refugios, animados aún más por Beátrice, quién también lo haría, y que hablaba maravillas de la zona.

En los refugios se nota que estamos en la montaña, aquí todo se hace temprano y la gente se desespereza rápido. Se cena pronto, se va a dormir a una hora decente, se madruga y almuerza... A la misma hora pero la cantidad y variedad cambia dependiendo de donde haremos noche, como veremos. Colomers no destaca especialmente en este aspecto (la cena tampoco fue nada del otro mundo) aunque las instalaciones son por lo general buenas. Eso si, ducha fría, vale la pena saberlo. En el fondo es bueno ser valiente, pues la agradeceréis más que caliente, después de estar todo un día dándole a las piernas (y a los brazos si lleváis bastones, muy recomendables para esta ruta) no hay nada como un agüita fría para salir como nuevos el día siguiente. Pero vamos con la ficha de esta segunda jornada.
Etapa 2 Colomers - Ventosa
Si hacéis click aquí, encontraréis información de la etapa Colomers-Restanca-Ventosa i Calvell, siguiendo el itinerario “oficial”

ETAPA 2: Refugio Colomers (2138m) - Refugio Joan Ventosa i Calvell (2215m)
REFUGIOS: Colomers, Restanca, Joan Ventosa i Calvell
COLLADOS: Port de Caldes, Coret de Oelhacrestada
KILOMETRAJE: 15,75
DESNIVEL + : 1097m
DESNIVEL – : 1020m
DESNIVEL ACUMULADO: 2117m

Como se veía en el perfil de la etapa, nos esperaban algunos kms menos, pero un poco más de desnivel. Aunque en realidad, el kilometraje aún tenía que ser superior así como el desnivel (tanto positivo como negativo) si el tiempo hubiese acompañado. La idea era bajar a Restanca por el GR 11.18 pero volver por el camino fitado de la sierra de la Tumeneia, lo que nos hubiera dado unas vistas increíbles del Macizo del Besiberri (el más alto del ámbito del Parque y uno de los pocos con tresmiles de todo el Pirineo catalán) y la Punta Alta de Comalesbienes. Queda pendiente, pues fue un día en el que las vistas iban muy caras. La niebla siempre hace que todo el camino conocido sea mejor amigo que el que queda por conocer. Pongámonos en marcha, que ya son las ocho y tres cuartos y tenemos tela que cortar.
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Ufff, ¡hacia allí vamos!

El camino nos lleva rápidamente montaña arriba, pues el Port de Caldes, a 2572m, se supera en tres kilómetros de ruta. Un collado de los de ir haciendo eses y con calma, con un punto amenazador en el día de hoy, pues la niebla no nos permite saber que hay ni que día hace en la otra vertiente. Sigue sin llover, pero esto no quita ningún punto de admiración para un senderista que nos pasa a buen ritmo... ¡Tal como vino al mundo! Botas y mochila minimalista, queda demostrado que no hace falta gran cosa para ir a la montaña. Bueno si, una piel acostumbrada a todo tipo de tiempo, pues los que no tenemos este punto sobrehumano avanzamos como cebollas gigantes con dos, tres o cuatro capas de ropa.

Coronado el paso, los que tienen pensado hacer la ruta corta cogen el desvío que encontramos a la izquierda y planea, mientras que los que vamos hacia Restanca empezamos a bajar... ¡A sabiendas que luego tendremos que subir! No creáis que esto nos desagrada, si no fuese por la niebla (que a duras penas nos deja entrever el camino) este sendero rompepiernas sería todo un espectáculo. Los subes y bajas son debidos a que Aigüestortes está salpicado por infinidad de circos glaciales, lo que da cuna a los innombrables lagos que vamos encontrando. Aunque en un día como hoy haya algunos que no veamos como el de Mangades (al menos de buena mañana) o bien tendremos que tocar para asegurarnos que están ahí como el de Port de Caldes. Y en estas estamos, que el camino vuelve a ganar pendiente, llevándonos poco a poco a los 2475m del Oelhacrestada.
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Siempre consultando el mapa, para comprobar que seguimos la ruta correcta, más si nuestros caminos se separan!

En el punto más alto encontraremos indicaciones hacía la derecha para subir el Montardo (2837m) y a medida que avancemos también un montón de gente que nos preguntaran por él. Ahora llueve con intensidad y la niebla no tiene visos de levantarse, así que uno a uno irán dándose la vuelta... Es famoso por sus vistas, pero hoy parece negárselas a todos. Con la roca mojada haremos este primer tramo de bajada (subida para los excursionistas que comentábamos) con cuidado. Pese no superar los 2500m, el estar orientado hacia el norte (y el clima atlántico de la Vall d'Aran) hace que el paisaje sea típicamente glaciar, con una zona escarpada y piedra rota. Será ya llegando al lago de Cap de Pòrt donde volveremos a sendero fresado. Y ahí nos sonríe el tiempo nuevamente, se frena la lluvia y, solo por un momento, la niebla parece perder intensidad.

Momento perfecto para hacerlo, pues volveremos a perder desnivel rápidamente, teniendo que estar pendientes de donde ponemos los pies. Admirables unos Pioners i Caravel·les del AEiG Sant Narcís que encontramos en este punto, ¡cargados hasta arriba es mucho más difícil bajar y subir estas montañas! En recompensa el paisaje que vemos es increíble. El estanque de Restanca tiene un color verde intensísimo, y uno y otro lago están conectados por un torrente que no hace otra cosa que transmitir ¡buen rollo! Con sus saltos enlazados parece un curso de agua hiperactivo, que va de piedra en piedra, digno de verlo en directo, no hay foto que lo pueda mostrar como es. Un kilómetro en el que perdemos 250m de desnivel plantándonos a las puertas del refugio en el tiempo previsto, las dos y cuarto, ¡momento del bocadillo!
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A Cap de Pòrt por fin podemos volver a tomar fotos!

No pasaremos la noche para comprobarlo, pero a diferencia de otros, a Restanca parece que son muy conscientes de mantener una temperatura agradable en el interior. La comida pues la hacemos ¡tan a gustito! Cabe indicar que igual que J.M. Blanc y Ernest Mallafré lo son en la vertiente pallaresa, este es en muchas ocasiones el punto de partida de los que empiezan la vuelta de Carros de Foc desde la Vall d'Aran. Las razones son varias: com en Espot hay un parking cercano donde dejar el vehículo, es una zona no muy transitada (encontramos varios caminantes que en Oelhacrestada ya enfilaban hacia Ventosa y evitaban bajar a Restanca para luego volver a subir) y una buena manera de hacer la subida el primer día y volver, ya conociéndolo, el último día por la bajada que hemos hecho.

Viendo que el día no acaba de esclarecerse, y hablarlo con los guardas decidimos volver por donde habíamos venido. El Coll de Tumeneia (2606m) continuará siendo un desconocido para nosotros. No sé si es el hecho de habernos quedado con las ganas de hacer un nuevo camino o que en el segundo día ya nos vamos acostumbrando a la piedra o las subidas pero el caso es que en los siguientes 3kms (con 450m de desnivel positivo) volamos y volvemos a ser en el Coret de Oelhacrestada. En este punto un grupo de cuervos sale a recibirnos y nos hace una danza celestial que nos deja admirados. Dirán que estos pájaros son "de mal agüero" pero la verdad es que nosotros los encontramos preciosos entrando y saliendo de la niebla.
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¡Cómo hemos avituallado en Restanca!

Los ánimos también vuelan alto, de forma que ni la vuelta de la lluvia puede con nosotros. El trío sigue a muy buen ritmo y giramos hacia la derecha, entrando de nuevo en zona desconocida. Solo podemos adivinar el Lago de Monges y el de Mangades, que parecen no tener fin. A la altura de los estanques del Clot y de Travessani la niebla va y viene, dejándonos boquiabiertos cuando vemos los parajes que atravesamos. Lástima no haberlo hecho con buen tiempo, porque es una zona de pequeñas valles alpinas espectacular. Eso si, el camino está bien fresado y marcado excelentemente con palos pintados de amarillo. No dudamos en ningún momento y los kilómetros siguen cayendo sin esfuerzo. Ya tenemos ganas de juntarnos con nuestros compañeros que descansan des de hace unas horas en Ventosa i Calvell.

Más tarde nos contarán que pensaban que estábamos tardando demasiado... Como cambia la noción del tiempo cuando estás parado o ¡en movimiento! Con el Lago Negre a sus pies (no es necesario explicar el porqué del nombre) llegamos al refugio, por segundo día con el agua de compañera, pero a diferencia del primero mucho más llevadero para los cinco, con la sensación que cada día iremos a más. Son las cinco y cuarto, y hoy si, ducha (fría una vez más), ordenar las cosas tranquilamente, una partida de cartas... ¡Y a las siete a cenar! Aquí las buenas costumbres no se pierden. En Ventosa (esto es a mi gusto y ya se sabe, para gustos colores) es donde más a gusto comimos, sopa muy decente, ensalada de setas y unas butifarras con una samfaina... ¡Para chupar dedos y pan!
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Cuando la niebla, en cuestión de segundos nos deja campo de visión, el paisaje es el que nos deja sin palabras, alrededores del estany del Clot.

¡Hasta el yogur lo prepararon con gracia! Eso si, parece que una de las reglas de todo refugio la pasan por alto aquí, la temperatura interior no estaba controlada pues no se tiene supervisión de puertas y ventanas... Y la ducha se merecería un capítulo propio. Ya sabemos que no vamos a la montaña a estar cómodos, pero hay puntos que parecen tan fáciles de solucionar que clama al cielo que no se ponga remedio. Eso si, segunda noche, ya vamos coincidiendo con otros caminantes, como una pareja de madrileños con quien compartimos la cena y las experiencias del día. Esas noches de mesa y conversaciones es uno de los instantes que le dan magia a las rutas pirinaicas, también lo notaremos a nivel de los cinco, cada vez más compenetrados.

Después de unas partidas al mentiroso (donde queda demostrado que los masques tenemos mucha más habilidad que cualquiera de los correcats que me acompañaron, no sé que querrá decir eso), es hora de apagar las luces e ir pensando en dormir. El día siguiente nos espera una etapa corta, pero de la que la gente más habla. Lástima que la niebla, que aún nos rodea, no nos deja ver las estrellas y la luna para recargar energía. A priori mañana ya debería comenzar el buen tiempo... Cruzaremos los dedos para que sea así. Algo está claro, mientras procuramos conciliar el sueño, el viento (que adecuado el primer nombre del refugio) está poniendo toda su fuerza para limpiar el cielo, en noches así agradeces salir temprano y no tener que llegar tarde al refugio...
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Ventosa... ¡Que nombre más acertado te pusieron!

17 horas i 15 minutos en camino desde que dejamos el coche, 14 horas 15 minutos en movimiento, continuará…

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